Se trataba de un horóscopo compuesto por una
quincena de signos que habían tenido su origen dieciséis milenios atrás en el
tiempo, aproximados – no se conocía la fecha exacta, porque nunca hubo aquella
de asentarse en los textos históricos –, mucho antes del día en que las hadas y
otros seres elementales en este mundo tuvieran su primer contacto con los seres
feéricos inmigrantes provenientes de la Tierra. En orden desde el primero hasta
el último, los quince signos del horóscopo de las hadas, tan vigente hoy como
el primer día, aunque no con las mismas finalidades, tenían veintiséis,
veinticuatro, veinticinco, veintitrés, veinticuatro, veinticinco, veintidós,
veintisiete, veintidós, veinticinco, veinticuatro, veintitrés, veinticinco,
veinticuatro y veintiséis días. Ese era también un esquema capicúa y armónico.
En el neocalendario, el primer signo corría
entre el primero y el vigesimosexto día del mes de Enero, el segundo entre el
veintisiete de Enero y el decimonoveno día del mes de Febrero, el tercero entre
el veinte de Febrero y el dieciséis de Marzo, el cuarto entre diecisiete de
Marzo y el ocho de Abril, el número cinco entre el nueve de Abril y el dos de
Mayo, el sexto signo corría entre los días tres y veintisiete de ese mes, el
séptimo de los signos entre el veintiocho de Mayo y el dieciocho de Junio, el
octavo entre el decimonoveno día de ese mes y el decimoquinto del siguiente, el
noveno entre el dieciséis de Julio y el seis de Agosto, el décimo abarcaba los
restantes veinticinco días de ese mismo mes, el número once se extendía las dos
primeras docenas de días del mes de Septiembre, el duodécimo discurría entre el
veinticinco de Septiembre y el diecisiete de Octubre, el decimotercero entre el
dieciocho del mes de Octubre y el once de Noviembre, entre el doce de Noviembre
y el cinco de Diciembre iba el decimocuarto de los signos, y el decimoquinto y
último de estos regía en los finales veintiséis días del Neocalendario. Cada uno ocupaba una franja más o menos
pareja en ese círculo en que estaban dispuestos, de veinticuatro punto tres
grados, en tanto que el cero punto cinco restante estaba dividido en partes
iguales (cero punto ciento veinticinco)y apuntaba a los cuatro puntos
cardinales principales: norte, oeste, sur y este.
En el calendario antiguo de los seres
feéricos, el primero de los signos de su horóscopo abarcaba los primeros
veintiséis días de Baui, el primero de los meses, el segundo signo comprendía
los últimos cuatro días de ese mes y la primera veintena de Entoh, el tercer
signo entre el vigesimoprimer día de Entoh y el decimoquinto de Nint, el cuarto
desde el decimosexto día de ese mes hasta el décimo de Llol (“Es el que está
hoy en vigencia”, dijo Lursi, haciendo una breve pausa en la explicación), el
quinto discurría a lo largo de la última catorcena de días de Llol y los
primeros tres pares de Uumsa, el sexto signo del horóscopo iba desde el séptimo
día de Uumsa hasta el séptimo de Tnirta, el séptimo signo se extendía por los
restantes días de ese mes y el segundo de Iiade, el octavo iba entre los días
tres y veintinueve de ese mismo mes, el noveno el último par de días de Iiade y
la primera veintena de Liur, el signo número diez desde el vigesimoprimero de
Liur hasta el decimoctavo de Sefht, el undécimo signo entre el diecinueve de
Sefht y el dieciocho de Clel, el duodécimo
signo del horóscopo cubría los restantes diez días del décimo mes del
calendario antiguo y los primeros trece de Norg, el decimotercero de los signos
la última quincena de Norg y la primera decena de Chern, el decimocuarto los
últimos veinte días de ese mes y los primeros cuatro de Nios, y el decimoquinto
y último signo comprendía los últimos trece pares que le quedaban a Nios. Con
este esquema también se daba la
separación en ángulos de veinticuatro punto tres grados cada uno y de cero
punto ciento veinticinco cada punto cardinal.
Este horóscopo – continuaban con su
explicación el médico y el artesano-escultor –, no era usado solamente para
aquellas clásicas predicciones y vaticinios astrológicos (salud, dinero, amor,
trabajo…), que eran algunos de sus usos menores, y la ayuda espiritual para los
seres feéricos. Ambos eran hoy aspectos secundarios del horóscopo, lo venían
siendo desde que la ciencia supo dar las respuestas a todas las cosas,
contestaciones además atribuidas a la fe y las religiones hoy desaparecidas.
Siete de esos signos (el primero, el segundo, el séptimo, el octavo, el noveno,
el decimotercero y el decimocuarto) hacían referencias a formas de vida de los
reinos vegetal y fungi, siendo las que mayores importancia e influencia tuvieron y tenían en la vida cotidiana de la
población, al igual que los otros cuatro pares de signos, ya fuera que a esas
siete formas de vida las emplearan o no como recurso alimenticio, como parte o
todo de los materiales usados en el diseño de esculturas y artesanías, como
múltiples elementos de trabajo, como materias primas en la elaboración de
insumos médicos y mágicos (“Magia y religión son dos cosas diferentes”, fue una
breve intervención de Lursi entre las palabras de Kevin), como objetos decorativos,
principalmente en cualquiera de las ceremonias o los rituales, en la construcción
de viviendas y otras estructuras, y en el caso de tres de esos siete elementos,
como parte del armamento y los equipos de las hadas guardianas en los setenta y
seis países del mundo. Esas eran sus principales aplicaciones y se empleaba
todo de esa media catorcena de formas de vida: raíces, flores, frutos,
semillas, troncos y ramas del grosor que fuere, la savia, el polen, el rocío
matutino que caía sobre ellas, el néctar, la clorofila e incluso la tierra que
acompañaba a las raíces cuando era removida alguna de esas especies. Los signos
eran referencias u homenajes más que evidentes al roble, el avellano, el té (la
bebida por excelencia para todo tipo de ceremonias, ritos y rituales), la
campanilla (la flor feérica pro excelencia), el trigo, el algodón y una clase
de hongos que, entre sus diversos usos, estaba el de la producción de la cuarta
parte de los medicamentos y las pociones contra las enfermedades, males y problemas
más resistentes de salud.
Otros cuatro signos del horóscopo de los
seres feéricos – cuarto, quinto, primero y decimosegundo – eran animales. Dos
especies voladoras, una terrestre y otra anfibia por las que todos los seres
elementales, pero particularmente las hadas, sentían una gran veneración y un
profundo respeto, al punto de haber decidido calificarlos como “sagrados” en
tiempos de aquellas creencias religiosas antiguas. El animal terrestre, un ave
no voladoras, era un ferocísimo carnívoro conocido simplemente como Corredor,
un nombre que le quedaba muy bien, y al que Eduardo hubo de comparar con el “ave
del terror”, aunque evolucionado, de ciento veintitrés kilogramos de peso, unos
tres metros d altura y capaz de alcanzar los cien kilómetros por hora; una de
las especies voladoras era el ave del paraíso, la otra la paloma – podían ser
poca cosa con solo nombrarlos, pero en realidad eran el polo opuesto –, y la
especie anfibia un animal llamado “Cu”, el nombre surgido a causa de las
vocalizaciones, una forma más avanzada del varano que podía alcanzar los
treinta kilogramos de peso y cinco metros de longitud. Este cuarteto de
especies del reino animal carecía de casi todas las aplicaciones y usos que
tenían los “signos vegetales”, por no decir todas, pero aún con esas carencias
eran aprovechadas de varias maneras por las hadas. De las aves, por ejemplo,
usaban los huevos, ricos en nutrientes y proteínas, y las plumas; del corredor
usaban la dentadura, para el diseño de artesanías, una vez que el animal
fallecía, y las palomas eran muy útiles para llevar mensajes del punto A al B,
y del Cu, además de los huevos, las escamas, que cambiaba con periodicidad, a
las que usaban en la elaboración de antiofídicos y otros medicamentos (había
que ser muy valiente, sin embargo, para acercarse a uno o más de estos
animales).
Los restantes cuatro signos del horóscopo –
el tercero, el sexto, el décimo y el decimotercero – se referían a elementos
que los seres feéricos usaban todos los días en varias de o todas sus
actividades (investigaciones científicas, exploraciones, trabajo, comercio, la
construcción…); les hubieron de resultar extremadamente provechosas e
imprescindible desde que se inventaran e hicieran su debut práctico: la rueda,
la balanza, la noria y el telescopio. Como tantos otros elementos, esos cuatro
habían sido desarrollados por los seres feéricos en procura de, ejemplos, mejorar
la calidad de vida de la población y darle otro impulso al sector industrial.
Las hadas desconocieron que, milenios más tarde, habría una civilización en un planeta
distantísimo que construiría esos aparatos persiguiendo los mismos propósitos.
La inmensa mayoría de las conquistas y los
logros de las hadas como grupos e individuos en esos campos tan diversos había
sido obtenida con el uso teórico y el práctico de esas seis especies vegetales,
la fungi, el cuarteto del reino animal y los dos pares de elementos de trabajo,
y era considerado poco menos que un dogma, una verdad incuestionable, el que si
los dejaran de emplear, sin importar demasiado por cuanto tiempo lo hicieran,
podrían avecinarse los problemas.
_Viste ejemplos de sobra, y debés de contar
con una idea aproximada sobre otras aplicaciones que damos a esa quincena –
supuso Kevin, observando el entorno. Las dos terceras partes de las mesas y las
sillas ya tenían ocupantes, las camareras iban y venían entre ellas y el
botellón de vidrio en la barra, junto a la caja registradora, gradualmente se
iba llenando de monedas de diversa denominación. Ese último recipiente estaba
reservado para las propinas –. Se encuentran presentes por donde se mire. Estas
mesas y las sillas, por ejemplo, y todo el mobiliario de El Tráfico están
fabricados con madera de roble. Y el algodón, por referirme a otro de los
signos – se agarró la manga izquierda de la camisa, la enseñó a Eduardo y
después la soltó –. Está entre las cuatro o cinco materias primas principales
de la industria textil, creo que en el tercer lugar, debido a su durabilidad,
el bajo costo, lo cómodas que después resultan las prendas, la facilidad que
implica su lavado, lo livianas que son, principalmente en climas como el
insular, y lo económico y sencillo que es el cosecharlo… relativamente
sencillo. Excepto por lo de la comodidad, hablo únicamente del capullo. El año
pasado, en todo el planeta, se cosecharon cuarenta y cuatro millones y tres
cuartos de toneladas, el ocho por ciento de esa cifra en el reino de
Insulandia. Tres millones setecientas ochenta mil toneladas gracias a las
cuales este país obtuvo el quinto puesto a nivel mundial. Las condiciones del suelo
y el clima en general ayudaron bastante.
_El té también es uno de los más importantes,
sin desmerecer a la otra media docena, ni tampoco a los otros signos. En este
lugar, y estoy haciendo referencia al cuerpo celeste como un todo, existen mil cincuenta
y dos variedades de esa infusión, que dependen en gran medida del tratamiento
que se le de a las hojas, por no decir en toda la medida – informó Lursi,
echando el atado vacío al cesto que estaba acarreando una camarera (“Que
puntería”, hubo de felicitarlo el arqueólogo) y sacando otro de veinte
cigarrillos, que había comprado en su camino hacia este bar –. Es la bebida tradicional,
de las más representativas e importantes, en cultos, ritos, ceremonias y
festividades. Durante los casamientos, los funerales y cuando los padres
presentan a su hijo recién nacido a toda la familia, sin ir más lejos. Los
seres feéricos sostenemos que esa es una forma adecuada de… ¿cómo lo puedo
describir, o definir?... ya se, de rendir su justo y debido homenaje a los
protagonistas. Cosechamos dos mil noventa y una toneladas al año pasado, y solo
en Insulandia, y nueve veces esa cantidad en todo el continente. De las
nuestras se consumieron aquí unas mil setecientas setenta y siete punto treinta
y cinco toneladas, eso es el ochenta y cinco por ciento, y el quince restante
trescientas trece punto sesenta y cinco, se exportaron a otra oncena de países
fuera de Centralia. En la ceremonia de esta noche se va a consumir el té en abundancia,
tanto como los ochenta días que transcurrieron hasta ahora.
_Y el roble, en otro ejemplo de los elementos
vegetales del horóscopo, nos da una de las maderas más resistentes al daño, el
clima y el paso del tiempo, y por lo tanto su uso como materia base es
imprescindible y en extremo esencial. Eso ocurre en varios sectores industriales,
no únicamente en el maderero - retomó el
novio de Cristal la conversación, su atención volviendo una vez más al par de
hombres que lo acompañaba en torno a la mesa –. Al roble lo usamos como parte o
todo en el techo, el piso y las paredes en muchas estructuras, no importa su
finalidad. Nuestras viviendas, por ejemplo. Todas ellas, todos los planes del
Estado y todas las que se construyen de forma particular. Si, Eduardo, el
sector privado también interviene en eso – avisó –. El ochenta por ciento de la
madera que se usa en la construcción de viviendas es de roble. De esa manera
pueden llegar a durar años, con un deterioro mínimo si se trata del paso del
tiempo. Son resistentes en extremo. Y existen centenares, por no decir miles,
de puentes y túneles asegurados con esa madera, o construidos con ella; llevan
años e incluso décadas sin tener que someterse a ninguna clase de mantenimiento
complejo, ni recambios en una o más de sus secciones. Tan solo las grandes
catástrofes naturales e inclemencias atmosféricas pueden provocar en esas
estructuras algún daño significativo.
El responsable máximo del Marcado central de
las Artesanías y el segundo al mando del Consejo de Salud y Asuntos Médicos
continuaron explicando e informando al experto en arqueología submarina sobre
las diversas aplicaciones de la quincena de signos que conformaban su horóscopo
feérico, los cuales tenían sus propias constelaciones –, estas eran en total
ciento nueve – diciendo, a modo de información complementaria, que cada uno de esos signos tenía un monumento en diferentes
lugares del reino, en todos los países, hechos con la acostumbrada combinación
de materiales resistentes. Ese era en los días de hoy, como en los de ayer, una
manera de rendirle tributo a su acervo cultural. Al amparo los tres hombres de
la atmósfera festiva que reinaba desde la salida del Sol, en un lugar muy
concurrido, la conversación sobre el calendario y el horóscopo de los seres
feéricos estaba ofreciendo todas las señales de querer extenderse, como mínimo,
durante otro cuarto o tercio de hora.
Las hadas cuyos dones o talentos naturales podían
encuadrarse dentro de la botánica – de las flores, de los bosques, de las
praderas… – eran incluso capaces de hacer uso de sus habilidades, esas que les
eran únicas a ellas, para la extracción de cierto tipo de proteínas y
nutrientes a los que también les podían dar varias aplicaciones, solo que estas
estaban vinculadas exclusivamente al ámbito medicinal y, en menor medida, al
científico. Combinando la savia y las raíces
frescas de avellanos jóvenes de no más de diez años, los pétalos reducidos (literalmente)
a polvo de las campanillas y semillas de trigo con unos pocos hechizos
adicionales, por ejemplo, elaboraban algunas de aquellas pócimas revitalizantes
y reconstituyentes con que recuperaban las energías perdidas en caso de algún
agotamiento extremo.
_Es un horóscopo curioso y extraño, de eso no
existe la mínima duda. Y es diferente a cualquiera de los que hay en la Tierra –
comentó el arqueólogo, pensando que en este mundo, con el otro calendario, su
fecha de nacimiento sería el vigesimonoveno día del mes Nios, y su signo el
telescopio. Se notaba con suma facilidad que práctica era algo que le estaba
faltando, por lo pronto en el hecho de poder concentrarse en una cosa en
particular. Pero, ¿Cómo hacer una cosa así?. En este preciso momento era un
asunto un tanto complicado, con el bullicio y la algarabía reinantes en El Tráfico
–. ¿Es posible que yo pueda interiorizarme acerca de todo?. Quiero decir que
tengo grandes deseos de aprender de todo sobre todo. Los empecé a tener desde
que me di cuenta de en que lugar me encontraba. Abrí los ojos, estaba en una
habitación y al poco tiempo, al instante, mejor dicho, aparecieron Isabel,
Nadia y la reina Lili frente a mi. Pero es algo que quiero hacer en el menor
tiempo que sea posible. Ritos, rituales, cultos, costumbres y eso, incluso
aquellos quinientos preceptos que forman el Código de la Vida, de los que tanto
se enorgullecen las hadas.
_ Me parece razonable. Eso es algo que le
podría pasar a cualquiera que estuviera atravesando la situación de la que
estás siendo protagonista – coincidió el hombre de profesión artesano-escultor,
comprendiendo ahora, a diferencia de hace unos minutos, que la conversación
sobre el calendario de los seres feéricos y su horóscopo estaba llegando a su
término. Finalizaba por el momento, al menos –. Lo que no es recomendable ni
por equivocación es hacer una cosa como esa a las apuradas y sin estudiar con
lujo de detalles cada uno de los aspectos. Eso te lo digo como amigo. Te
aconsejo que te tomes todo el tiempo que haga falta para interiorizarte acerca
de nuestros aspectos sociales y culturales, estilos de vida, costumbres,
historia…todo. Lursi, Nadia, Isabel, Cristal y yo, y también cualquiera de las
hadas que viven dentro y fuera del barrio Barraca Sola, podemos explicarte,
enseñarte y hablarte de algunas cosas, pero otras las tenés que aprender y
conocer por tu cuenta, con la experiencia y el conocimiento que vayas adquiriendo.
Y es por eso que en uno u otro caso no alcanza solamente con que lo entiendas,
con la parte teórica. También es necesaria la comprensión y un repaso integral
de ella, para que cuando llegue el momento de llevar esos conocimientos a la
práctica no puedan surgir contratiempos de ninguna clase ni vos vayas a cometer
errores – y concluyó –. Hiciste bien la conversión de tu fecha de nacimiento del
Neocalendario al esquema antiguo y pudiste advertir que signo te corresponde.
Eso es, aunque básico, un buen inicio.
_Kevin está en lo correcto. Vos vas a
quedarte para siempre en nuestro planeta y nuestra sociedad, y por lo tanto tiempo
es algo que vas a tener en abundancia, para dedicarle a la instrucción y al
aprendizaje – agregó el compañero de Nadia –. Aun si no fuera de esa manera, si
tu deseo fuera volver a la Tierra, tendrías por delante más de cuarenta y nueve
años y medio para aprender e instruirte. Casi cincuenta. O sea que de una
manera o de otra el tiempo es un factor abundante. Los preceptos y principios
que forman el Código de la Vida, por ejemplo. Te los puedo enumerar uno por
uno, o escribirlos en una lista para que los leas y memorices. Pero a vos, y
solo a vos, te va a corresponder el comprenderlos, entender lo que significan y
encontrar ejemplos de cada uno de ellos en el día a día. Descubrirlos por tu
cuenta, textuales las palabras de Kevin.
Continúa…
--- CLAUDIO ---
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