En el antiguo
calendario de los seres feéricos, los trescientos sesenta y cinco días estaban
agrupados en cuatro meses de treinta, otros cuatro de veintiocho, dos de
veinticuatro, un par de veintisiete y uno de treinta y uno. Como en el
Neocalendario era el tiempo que demoraba el inmenso cuerpo celeste en dar una
vuelta completa alrededor del Sol - año
solar –. Solo se conocía de la división del año en trece meses un estimado de
veintiocho mil ciento ochenta y cinco años y un semestre, porque los textos
históricos estaban incompletos, pero, en cambio, si se sabían las razones que
hubieron de llevar a esa división. Este calendario antiquísimo de más de
doscientos ochenta y un siglos (casi doscientos ochenta y dos), además de obedecer
a fenómenos climáticos y astronómicos, también lo hacía por eventos históricos
menos o más trascendentales del mundo y la sociedad de las hadas, y de todos
aquellos sin dudas el más importante, sin lugar a dudas, era el contar de los
años, cronológicamente hablando, desde cero a partir del Primer Encuentro.
También al orden numérico, que en su momento hubo de coincidir con sucesos
astronómicos, naturales y de la historia feérica. Una causa que distaba de ser
compleja, por la que las hadas, habiéndolo pensado con detenimiento, quisieron
crear un calendario (otro) en que los días hubieran de estar agrupados en una
forma armónica, ordenada y pareja. Como resultado, las hadas obtuvieron un
calendario capicúa. Los dos primeros meses con treinta días, el tercero y el
cuarto con veintiocho, el número cinco con veinticuatro, el sexto con
veintisiete, el séptimo, intermedio y más extenso con treinta y uno, el octavo
y noveno con veintisiete y veinticuatro días, respectivamente, los dos
siguientes con veintiocho y el último par con treinta.
Dieron a esos trece
meses el nombre de hadas que, se decía, y también lo hacían los textos
antiguos, representaban aquellos talentos, dones o atributos clave que
posibilitaban el crecimiento y el desarrollo de la sociedad feérica como grupos
e individuos. De esa manera se aseguraron que esos trece factores nunca fueran
a desaparecer de la memoria colectiva e individual de ningún hada, tampoco de
otras especies elementales con las que compartían el calendario, figurando
constantemente en un aspecto de la vida que se usaba a diario. Ese aspecto
cambió poco o nada cuando se optara por la aplicación del Neocalendario, y todo
lo que las hadas y otras especies tuvieron que hacer fue adaptarse. En algunos
casos lo adoptaron de manera gradual, con los trescientos sesenta y cinco días
agrupados en un mes de veintiocho (Febrero), cuatro de treinta (Abril, Junio,
Septiembre y Noviembre) y siete de treinta y uno (Enero, marzo, Mayo, Julio,
Agosto, Octubre y Diciembre). En otros casos, mantuvieron el calendario feérico
antiguo y capicúa, como en las fechas mencionadas en la industria editorial –
libros, medios gráficos, textos históricos… –, en los monolitos que se
levantaban en los cementerios como homenaje a los fallecidos, en las inscripciones
en estatuas y monumentos, y las fechas de elaboración de cierta cantidad de
productos en las fábricas de químicos, pirotecnia, insumos mágico y
medicamentos. En otros casos, la mayoría vinculados al comercio exterior y al
interior, y a las relaciones entre dos países o más, empleaban ambos
calendarios a la vez. El problema aquí había sido pasajero. Los seres feéricos
únicamente tuvieron que equiparar y buscar las coincidencias entre los
trescientos sesenta y cinco días, en especial los feriados, las fechas históricas
y otros días importantes.
Baui era el primero
de los meses en el antiguo calendario de las hadas, abarcaba la primera
treintena de días de Enero, tenía el verano como la única estación climática y
su único día consignado como feriado era el primero, por el Año Nuevo. El
segundo de los meses era Entoh y
comprendía las últimas veinticuatro horas de Enero, la totalidad del mes de
febrero y el primer día de Marzo, también era el verano la única estación
climática y el feriado único era la Jornada de la Buenaventura. El mes Nint era
el tercero en el calendario feérico y discurría entre el dos y el veintinueve
de Marzo, el verano vigente hasta el decimonoveno día y el otoño desde el
vigésimo eran sus estaciones climáticas y el feriado correspondía al día
veinte, el veintiuno en el Neocalendario, cuando se producía el cambio de
estaciones. Entre el anteúltimo día del mes de Marzo y el vigesimosexto de
Abril corría Llol, el cuarto mes del calendario antiguo de los seres feéricos y
otra tanta variedad de especies elementales, en el regía la estación del otoño
y el decimonoveno día, correspondiente al séptimo de Abril, era su feriado, el
Día de la Tradición y la Cultura. El quinto de los meses del calendario antiguo,
Uumsa, corría entre el veintisiete de Abril y el veinte de Mayo, tenía la misma
estación climática que el mes anterior y su par de feriados eran los días uno y
cinco, veintisiete de Abril y uno de Mayo respectivamente: el natalicio de la
reina Lili (este aplicaba solo en el reino insular, y cada país tenía el suyo
propio) y el Día del Trabajo. Los últimos once días de Mayo y los primeros dieciséis
de Junio eran los correspondientes a Tnirta, el sexto mes del calendario
feérico, también en su transcurso imperaba el otoño en solitario, y era uno de
los dos meses carentes de días feriados. El séptimo mes del calendario antiguo,
con sus treinta y un días, era el más extenso y discurría entre Julio, el
decimoséptimo día de cada uno de esos dos meses, y su nombre era Iiade; hasta
el quinto día regía el otoño, desde el sexto el invierno (el verano en el otro
hemisferio) y su feriado era el dieciséis, cuyo equivalente en el Neocalendario
era el noveno día de Julio: el Día de la Familia. Liur era el octavo mes
feérico e iba desde el dieciocho de Julio hasta el trece de Agosto, el invierno
se extendía por cada uno de sus veintisiete días y el vigesimosexto, doce de
Agosto en el Neocalendario, era el feriado: el Día de la Patria. Entre el
catorce de Agosto y el seis de Septiembre corría Sefht, el noveno mes en el
antiguo esquema de las hadas y otras tantas especies elementales, el invierno
monopolizaba el clima y era el otro mes carente de feriados y festivos. El
décimo mes del calendario antiguo, Clel, abarcaba los restantes veinticuatro
días de Septiembre y los primeros cuatro de Octubre, el invierno hasta el día catorce
y la primavera desde el quince (veinte y veintiuno de Septiembre, en el
Hemisferio Sur) eran sus estaciones climáticas y el decimocuarto, además, era
el feriado, por otro de los cambios en las estaciones. Norg, el undécimo mes
del calendario feérico antiguo, abarcaba los restantes veintisiete días de
Octubre y el primero de Noviembre, su estación climática era la primavera t el
vigesimoséptimo día, equivalente con el treinta de Octubre, era el feriado por
el Día de la Diversidad Étnica y Cultural. El decimosegundo mes era Chern e iba desde el dos de Noviembre hasta el uno
de Diciembre, su estación climática monopólica era también la primavera y el
feriado era el día veintiocho, el veintinueve en el Neocalendario, por el Día
de la Diversidad Biológica y Natural. El decimotercero y último mes del
calendario antiguo era Nios y abarcaba lo que lo quedaba a Diciembre, como
estaciones climáticas tenía a la primavera, hasta el decimonoveno día, y el
verano, desde el vigésimo, y su par de feriados caían en esa fecha, por el
último cambio de estaciones del ciclo solar, y el treinta, por la ceremonia de
Fin de Año.
_Como te dije –
proseguía el médico del grupo, junto al ventanal, observando como Eduardo
tomaba una serie de improvisados apuntes en una servilleta. El botellón ya
tenía poco menos de la mitad de su contenido y en el cenicero había media
decena de colillas, una de las cuales aún estaba humeando –. El nombre para los
trece meses provino de trece celebridades mucho más antiguas que el calendario
mismo, y casi contemporáneas tanto del Período de Formación del Estado
primitivo como de nuestras primeras civilizaciones organizadas. Esos nombres son Baui, el hada de la
fertilidad; Entho, de la abundancia; Nint, de la energía vital; Llol, del
conocimiento y la sabiduría; Uumsa, del honor; Tnirta, de la paciencia; Iiade,
de la justicia; Liur, de la tranquilidad y la paz; Sefht, del destino; Clel, de
la superación personal; Norg, de los sentimientos encontrados; Chern, de la
resistencia; y Nios, del agua. Baui, Uumsa, Tnirta, Iiade y Nios fueron
mujeres, y Entoh, Nint, Llol, Liur, Sefht, Clel, Norg y Chern hombres – y concluyó
–. Esa fue una etapa de nuestra historia en la que atribuíamos a las
religiones, hoy extintas, todas las cosas que ignorábamos, o que desconocíamos.
Las creencias religiosas pasaron con el tiempo a ser explicadas con la ciencia,
con el conocimiento científico, pero muchos de los aspectos que había en esos
días, el nombre de los treces meses en este caso, sobrevivieron al transcurso
de los milenios.
Más clientes iban
llegando al bar “El Tráfico”, y como consecuencia aumentaban el movimiento, las
voces y el venir e ir del personal.
_Muchos de los
aspectos de nuestras vidas de todos los días en los que los seres feéricos
aplicamos nuestro calendario antiguo, incluso aquellos en los que usamos al
mismo tiempo el Neocalendario, están vinculados con la industria, la economía y
el comercio, como ya te pudiste dar cuenta – continuó Kevin –. Creo que lo
pudiste comprobar con tu primera salida con Isabel, después de abrir los ojos,
solo que no llevaste el apunte a lo que estabas viendo. En los productos
manufacturados, mejor dicho en los envoltorios u otros envases, la fecha de
elaboración y otras, si las hubiera, figuran en ambos calendarios. Es en lo que
más se refleja la aplicación de ellos de manera conjunta. Hasta que empezó a
correrse el rumor, no hace demasiados días, de que la princesa Elvia está
tratando de armar una reunión extraordinaria del Consejo Real y la reina Lili
para hablar sobre un proyecto para que en el comercio interno se use solamente el
calendario antiguo, aunque no en todos los aspectos ni en todas las
operaciones. Piensan las dos, y yo estoy en total acuerdo, que puede contribuir
al enaltecimiento de nuestro acervo cultural como un todo y al recupero de un
parte de ese todo.
_¿Pasa lo mismo o
algo parecido con el horóscopo? – inquirió el arqueólogo, viendo uno de los
ejemplos evidentes en el atado de cigarrillos de la CTISE (Compañía Tabacalera
Insular, Sociedad del Estado), en que la fecha de elaboración figuraba en ambos
calendarios. Este lote había salido al mercado dos días atrás –. ¿En qué
consiste, exactamente?. Por ejemplo, ¿tiene alguna relación con el viejo
calendario, o con el nuevo?.
Esta vez fue el
flamante compañero de amores de Cristal quien hubo de asumir el papel de “educador”,
a lo que el experto en arqueología submarina volvió a disponer toda su
atención.
Continúa…
--- CLAUDIO ---
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