_Yo acepto y sin dudarlo – accedió Oliverio,
de completa buena gana, cuando los otros dos hombres le comentaron lo del
convenio de sangre. Era la primera vez desde que recuperara el conocimiento que
el originario de Las Heras compartía la mesa con un individuo de la etnia negra
– A las chicas, me refiero a nuestras compañeras sentimentales, les dio
excelentes resultados, moral, espiritual y emocionalmente hablando. Gracias a
eso no requieren de otra cosa, en realidad nunca lo requirieron, para hacer tal
o cual trabajo ene quipo, ni siquiera lo tienen que pensar o meditar. Y en el
caso individual, si alguna de ellas llegara a necesitar ayuda puede quedarse
tranquila, porque sabe a ciencia cierta que las amigas de sangre, si se las
quiere llamar de esa manera, van a estar allí para darle una mano, como puedan
y en lo que puedan.
La Consejera de Salud y Asuntos Médicos
también había sugerido lo del convenio.
_Esa es una diferencia bastante acentuada y
notoria entre los seres feéricos y los humanos – comparó el experto en
arqueología submarina, llenando un vaso con ginebra, por segunda vez desde que
ocupara la silla, y lamentando con pesar que un cierto número de valores se
encontraran, sino perdidos en el tiempo, en lento retroceso. Tan solo
permanecían allí unos pocos, que el supiera, que los representaban como era
debido. Tal vez allí, era tal cual su reflexión, estuviera la clave del éxito
tanto para los grupos como para los individuos –. En el lugar del que provengo,
la sangre prácticamente no posee valor alguno y a cada día que pasa, y esto no
es nada nuevo en mi especie, se derrama por una o más causas que en su mayoría
son innecesarias o carecen de la debida importancia. Se derrama la sangre, a
veces más y a veces menos, y los seres humanos pierden la vida. La palabra es
un caso distinto, aunque…bueno, digamos que en algunos lugares existen seis o
siete personas, sobre un total de diez, que consideran que tiene el mismo valor
e idéntica importancia que la firma. Si, son la mayoría y eso es muy bueno - bebió otro sorbo y encendió un cigarrillo –.
Pero, desafortunadamente, en otros lugares, hay un empate a cinco. Casi todas
las cosas, desde las menos hasta las más importantes, se efectúan incluyendo la
firma. Un contrato, una operación comercial, el permiso para llevar adelante un
casamiento… lo que sea. Hay un índice colectivo de desconfianza entre los
individuos de mi especie que para mala fortuna se encuentra en aumento y eso,
por ejemplo, contribuye a que las áreas con mayor densidad de población, sean
más o menos caóticas.
Enumeró y repasó en su memoria durante los
(que a el le parecieron) dos minutos que siguieron las ciudades que en su país
de nacimiento alcanzaban o superaban el quinto de millón de habitantes, la
mayoría situadas en las costas de los ríos De la Plata y Paraná. Lejos estaba
el hecho de ser un misterio el origen de ese problema: a mayor cantidad de
personas en un determinado lugar, la calidad y las condiciones de vida se
deterioraban, generando como consecuencia los descontentos sociales y la saturación
de los servicios públicos, entre otros aspectos negativos. Eso podría solucionarse
– pensaba el – con inversiones, todo cuanto hiciera falta, para revertir esos
efectos negativos y problemas.
_La solución es simple – completó –. Los que
tienen las responsabilidades políticas deben por obligación hacer todo lo que
sea necesario para resolver esos y otros problemas.
_Entonces, con ese oscuro panorama que les
juega en contra, ¿cómo se las arreglan los seres humanos para sobrevivir o
sobreponerse de todas sus adversidades? – le preguntó Oliverio, tras haber
observado como otro numeroso grupo llegaba a la plaza central desde las alturas
–. La reina Lili y Elvia me invitaron unas tres veces, después de que llegaste
a la casa de Isabel, a usar el espectador. Echando uno o varios vistazos a esos
lugares superpoblados me di cuenta que algunos de ellos son tal cual los
definiste, caóticos. Esas ciudades costeras en tu país de nacimiento, y me
disculpo si esto te molesta, tienen males que provocan el atraso grupal e
individual. Los robos, el bloqueo a los caminos, el incumplimiento de las
leyes, la falta de respeto, la censura a los medios informativos, la
contaminación ambiental y el acceso con más o menos restricciones al agua, como
ejemplos; ¿fue desintegrado el liderazgo, por casualidad?, ¿existe algún respeto
por el mando?.
_No me molesta en absoluto, porque la verdad
no ofende – indicó Eduardo, moviendo la cabeza de un lado hacia otro. Kevin
había llegado en ese momento y el grupo finalmente estuvo completo y reunido.
Para el arqueólogo era como retroceder en el tiempo, aunque solo tres o cuatro
meses. Ya lo había hecho aquí, prácticamente a diario, pero no con motivo de
una festividad. Un grupo de amigos se reunía en algún espacio público para compartir un trago
y disfrutar de un momento ameno. La diferencia radicaba en que en esta
oportunidad los otros componentes del grupo no eran seres humanos, sino feéricos,
y que vestían prendas que al arqueólogo indudablemente le hacían pensar en la era
medieval –. La clave para el éxito y la supervivencia de los seres humanos
radica en que los buenos elementos superan por mucho a los malos. Por eso, la
responsabilidad, la honradez, la decencia, la solidaridad y el respeto por el
otro todavía no caen en el olvido… todavía. ¿Mencionaste el liderazgo, no es
así?. La cadena de mando no deja de estar en vigencia. Por lo menos, lo estaba
en mi país hasta el día en que salí de el, en Enero. No se como estarán las
cosas ahora en ese aspecto. Me imagino que igual.
A pocos segundos de haberse reunido en torno
a la mesa, los componentes del grupo hicieron el primer brindis.
Ritual incluido.
Levantaron los vasos en lo alto con la punta
de los dedos pulgar e índice de la mano derecha, apuntando al centro de la
mesa, y la bajaron en línea recta, lentamente, hasta la altura de la boca. “¡Salud!”,
fue la exclamación al unísono, previa a la ingesta del sorbo.
_Deberían en ese caso los seres humanos
seguir nuestro ejemplo… si tuvieran conocimiento de la existencia de nuestra
especie – sugirió pensativo Lursi, dejando el vaso vacío sobre la mesa –. ¿Te
diste cuenta, Eduardo, que en la Ciudad Del Sol u otras partes de Insulandia
que ya conociste, no existen los descontentos sociales, la contaminación
ambiental ni la crisis demográfica, y que la calidad y el nivel de vida están
por las nubes?. Te doy un ejemplo, un evento de nuestra historia. La última vez
que los seres feéricos en particular y los elementales en general tuvimos necesidades,
especialmente de vivienda y de empleo, fue hace un siglo. Hubo una catástrofe
natural enorme de la que todavía quedan vestigios y secuelas, o sea que todavía
no nos recuperamos del todo.
_Si las hadas decidiésemos aplicar las
mediciones y los índices que acostumbran los seres humanos en sus diversos
países, todos los individuos de la especie habrían de pertenecer a la clase
alta. No nos hace falta nada de nada – fue la primera intervención del
artesano-escultor desde su llegada a la mesa –. Todos los programas y los
planes que salen de las oficinas del Consejo de Desarrollo Comunitario y Social
tienen un alcance masivo, y muchos continúan en vigencia aun después de que
hayan pasado décadas enteras, e incluso puede que más, de haber sido aplicados
por primera vez. Y el ingreso anual fijo de los seres feéricos que tienen un
empleo en relación de dependencia no es inferior a los ciento veinticinco mil
soles, en promedio, y hay rumores de que esa cifra podría aumentar dentro de
poco. Lo va a hacer mejor dicho, cuando DCS y el Consejo de Hacienda y Economía
aprueben la suba.
_Absolutamente. Por supuesto que tendría que
ser así. Pero andá a decirle a algún funcionario público del lugar del que
provengo que tiene que moverse y hacer algo, o todo. La mayoría de ellos son la
inutilidad, incompetencia, dejadez e inoperancia que se volvieron personas –
aseguró el experto en arqueología submarina. Los cuatro hombres estaban
pensando en el convenio de sangre, porque la amistad desinteresada, la
solidaridad y el compañerismo eran tres de los factores que hubieron de
posibilitar la supervivencia de los seres feéricos como equipo, en todos los
ámbitos (doméstico, laboral, familiar…), y como individuos –. Este es otro
mundo con otra sociedad, de eso no cabe ni la menor duda, y si yo no hubiera
quedado atrapado dentro de esa fluctuación en el espacio y el tiempo a mediados
de Enero, en este momento estaría… ¡¿qué es eso?!.
A gran altura, tal vez a unos ciento
cincuenta metros, y con decisión, aunque a la vez con precaución, dos personas
de cada sexo se desplazaban por sobre las copas más altas, emitiendo, gracias a
su velocidad y sus auras, estelas de colores café, verde esmeralda, turmalina y
una curiosa tonalidad de rojo que el originario de Las Heras no pudo reconocer.
Para el, y con la distancia de por medio, se parecía al color que los metales
adquirían al empezar la oxidación. El cuarteto de seres feéricos estaba
describiendo formas circulares perfectas y ovaladas.
Continúa…
--- CLAUDIO ---
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