martes, 7 de noviembre de 2017

6.6) Aspectos comunes, 031-045

La tercera hoja hoja de la recopilación indicaba los siguientes ítems:



31. La cabeza del poder político hablando desde el balcón.

Por lo pronto pasa tal cosa en el reino de Insulandia, cada vez que llega una fecha patria o importante, o cuando hay que transmitir un mensaje importante a la población. Las masas se congregan en la plaza central y al cabo de pocos minutos la reina hace su aparición y pronuncia el discurso. También este es un aspecto que data de hace miles de años, pero que se vio potenciado por la transculturación.

32. Religiones.

Existe una, que más que una religión es una creencia espiritual, muy parecida, por no decir idéntica, al sintoísmo (1), basada está en el culto y la veneración de las fuerzas de la naturaleza (2) y los antepasados, entre otras cosas. De allí se desprende el hecho de que los cementerios están entre los lugares con mayor simbolismo y más venerados por la población feérica en todo el mundo, y que en el calendario el quinto día de Diciembre (el número veinticuatro del decimotercer mes en el calendario antiguo de las hadas) sea el “Día de los muertos”, en todos los países del mundo. Es la única religión o creencia espiritual que sobrevive en este planeta, de las que vinieron, estuvieron y se fueron y, de acuerdo a estimaciones y mediciones a escala global, tiene alrededor de tres mil quinientos o tres mil quinientos cincuenta millones de fieles de los dos sexos.

(1). En la Tierra, el sintoísmo es una religión autóctona de Japón y cuenta con gran arraigo entre sus habitantes.
(2). Refuerza el instinto, la conexión con lo natural y la conciencia ecológica.

33. Nombres propios.

Femeninos y masculinos. Llegan a dieciséis millones novecientos cincuenta y dos mil ochocientos setenta y nueve nombres de hombres y dieciséis millones setecientos sesenta y un mil seiscientos treinta y seis de mujeres. Esa suma se alcanza con la combinación entre los nombres más o menos tradicionales de los seres feéricos, los incorporados de otras especies elementales y dela raza humana y las combinaciones de unos con otros. Estos últimos resultan de la dificultad que en un principio tuvieron las hadas para pronunciarlos.

34. Medición del tiempo.

El uso del calendario idéntico al gregoriano para medir el tiempo en días, semanas, meses y años. Actualmente está corriendo el mes de Abril, recién está empezando, del año diez mil doscientos cuatro. A diferencia de lo que ocurriera en la Tierra, en este planeta no se tomó como punto de partida para el conteo cronológico desde cero un determinado acontecimiento vinculado a tal o cual creencia religiosa, sino el día en que hubo de producirse el más trascendental e importante evento de la historia mundial. El “Primer Encuentro”, en que los seres feéricos locales sostuvieron el primer contacto con aquellos procedentes de la Tierra.

Al mismo tiempo, para algunos aspectos (no pocos) de la vida de todos los días, como las operaciones comerciales, se continúa usando el antiguo calendario, en que los días están agrupados en trece meses. Y a veces se usan los dos calendarios al mismo tiempo.

35. Flor nacional.

El término correcto es “flor planetaria”, o “flor mundial”, ya que se trata de un símbolo compartido por los setenta y seis reinos. Es la campanilla. Lo viene siendo desde mucho (muchísimo) antes del Primer Encuentro, e incluso data de los tiempos del surgimiento de las primeras poblaciones en grupo, de cuando se empezara a cambiar la vida nómade por la sedentaria. La flor como símbolo es uno de los aspectos más antiguos de la cultura de las hadas.

36. Las payadas y cantos folclóricos y/o tradicionales.

Se escuchan (y disfrutan)  sobre todo en los bares, casas de antigüedades y demás establecimientos comerciales que muestran el aspecto más tradicional de la cultura feérica. Es otro aspecto de la simultaneidad, surgido hace más de dos milenios y tercio, sin una fecha exacta, que hubo de difundirse rápidamente gracias a otro factor de la simultaneidad: el “boca a boca”.

37. Galantería.

Las frases y los dichos, piropos, halagos y comentarios, siempre no ofensivos y bastante románticos, que los hombres dicen a las mujeres. Otra faceta que es producto de la simultaneidad, tan antigua como la población feérica misma, que sin dudas es de gran ayuda e importancia para el establecimiento del compañerismo sentimental (noviazgo) y el mantenimiento, espiritual y románticamente, dl matrimonio.

38. Medios gráficos

Su función es la de mantener informada a la población. En el reino de Insulandia existen numerosos títulos de alcance local y regional, entre periódicos y revistas de diversa frecuencia, de una semana a un cuatrimestre, y varios más de alcance real, incluido entre estos “El Heraldo Insular”, el principal de los medios del país.

39. Lencería femenina.

Uno de los tantos aspectos en los que reparan los seres feéricos a la hora de requerir de “ciertos estimulantes adicionales”, complemento o no de otros de aquellos. Es un aspecto de la cultura de las hadas relativamente nuevo, aparecido por primera vez hace dos siglos y cuatro quintos, apenas un pestañeo en la extensísima historia de los seres feéricos. Como todos los componentes de la industria textil, la lencería femenina sigue sufriendo modificaciones y transformaciones que apuntan a obtener mayor sensualidad (los hombres estamos muy agradecidos por eso), y hoy existen a nivel mundial ciento noventa y cuatro marcas (seis de estas de capitales insulares) disputándose el mercado siempre demandante y cambiante.

40. La coquetería femenina.

Otra de las costumbres más típicas y de mayor arraigo de las mujeres humanas está también presente, desde tiempos previos al Primer Encuentro, en las féminas de eta sociedad. En promedio, las mujeres de la raza feérica pasan entre veinte y veinticinco minutos diarios (hasta cuarenta cada sábado, cuando es el momento de diversión y entretenimiento a la noche) encerradas en sus dormitorios, en sus casas, maquillándose, vistiéndose y arreglándose para salir a cumplir con sus obligaciones, y, como ocurre también con los seres humanos, los hombres feéricos, a quienes la misma y exacta tarea no les demanda más de siete u ocho minutos, resoplan a la espera de que ellas se encuentren finalmente listas.

41. Parte del poder político.

Los Consejos Reales, que reúnen las facultades ejecutivas y legislativas y parte de las judiciales de la vida institucional en los setenta y seis reinos. Algunos más y otros menos, la cifra de organismos, cada uno con sus propias dependencias y divisiones, oscila entre once y veintiocho. En el reino de Insulandia se pasó de solo seis Consejos, en los tiempos de organización del estado, a los diecinueve actuales.

42. Día Mundial de Trabajo.

El primer día del mes de Mayo, quinto del quinto mes (Uumsa) en el calendario antiguo de las hadas, es cuando se celebra “Efo fimfoemnap kucevse”, o “Día Mundial del Trabajo”, que es celebrado incluso por las demás especies que forman el reino elemental, con los ilios como la única excepción. Para estas sesenta y cuatro sociedades complejas que lo tienen como día festivo, a diferencia de los seres humanos, se remonta a centurias antes del Primer Encuentro, cuando en un accidente industrial en un establecimiento del rubro maderero se produjera la mayor catástrofe registrada hasta la fecha, ocasionando el fallecimiento de más de una centena de operarios y heridas múltiples de diferente consideración a otros ciento cincuenta.

43. El Código de la Vida.

Hay principios y valores éticos en los que están reflejados cada uno de los modelos y atributos morales de los seres feéricos, los que se constituyen en todo momento y bajo todas las circunstancias en sus (muy valiosas) normas de conducta, de convivencia y de responsabilidad ciudadana, individual y grupal. Como ocurre con los seres humanos, esos principios y valores marcan las obligaciones y los deberes que tiene las hadas para consigo mismas (individuos y grupos) como una parte del todo, y con los demás elementales como el todo mismo. A ese respecto es que existe el “Código de la Vida”, un compendio con las normas clasificadas en  numerosas categorías, como la familia, la sociedad, la amistad y el trabajo. Una guía moral que, como lo hiciera en el día de ayer, ayuda en el de hoy a las hadas a seguir constantemente por el camino correcto y sobreponerse de todas las adversidades.

44. El recurso de la madera.

Su explotación y aprovechamiento como uno de los dos o tres principales elementos de la naturaleza, cuando no el principal de todos, a través de numerosas aplicaciones. Entre ellas se encuentran la producción masiva de carbón vegetal (solo en el reino de Insulandia existen tres mil doscientos hornos carboneros), insumos y materias primas para la industria editorial y la gráfica, la producción, también en masa, de muebles, los más de ocho mil durmientes (se renuevan cada tres años) sobre los que se apoyan las vías en la mina de plata, como insumo básico en la construcción de viviendas y otras estructuras, el diseño de manualidades y artesanías (puede parecer esto algo menor, pero lejos está de serlo) y, el que por mucho es su mayor uso, la construcción, el mantenimiento y movilidad de todo tipo de embarcaciones. Tal dependencia condujo a la existencia de varios y estrictos programas de conservación que, entre otros aspectos, establece la presencia de inmensas áreas protegidas en las que la tala, indiscriminada o no, se halla cien por ciento prohibida, la plantación de tres o cuatro árboles, como mínimo, por cada uno que sea talado, y la intervención de las hadas de las plantas pata que contribuyen en su crecimiento.  Por estas razones y otra tantas, si las hadas u otros seres elementales que tienen la capacidad de volar o hacen a grandes alturas pueden ver una inmensa y exuberante maraña con diversas tonalidades de verde. Esos programas de silvicultura forman parte de la conciencia ecológica de las hadas.

45. La veneración por los antepasados.

Especialmente se la tiene por los progenitores, la ascendencia más directa. De ahí se desprende que el respeto por la familia  se extiende incluso después del fallecimiento de uno o más parientes. Por eso es que los seres feéricos poseen en sus hogares magníficos altares en miniatura con las fotografías de sus padres, junto a un cirio del color de sus auras en vida, que están encendidos constantemente.


Continúa...


--- CLAUDIO ---

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