31. La
cabeza del poder político hablando desde el balcón.
Por lo pronto pasa tal cosa en el reino de
Insulandia, cada vez que llega una fecha patria o importante, o cuando hay que
transmitir un mensaje importante a la población. Las masas se congregan en la
plaza central y al cabo de pocos minutos la reina hace su aparición y pronuncia
el discurso. También este es un aspecto que data de hace miles de años, pero
que se vio potenciado por la transculturación.
32.
Religiones.
Existe una, que más que una religión es una
creencia espiritual, muy parecida, por no decir idéntica, al sintoísmo (1),
basada está en el culto y la veneración de las fuerzas de la naturaleza (2) y
los antepasados, entre otras cosas. De allí se desprende el hecho de que los cementerios
están entre los lugares con mayor simbolismo y más venerados por la población
feérica en todo el mundo, y que en el calendario el quinto día de Diciembre (el
número veinticuatro del decimotercer mes en el calendario antiguo de las hadas)
sea el “Día de los muertos”, en todos los países del mundo. Es la única
religión o creencia espiritual que sobrevive en este planeta, de las que
vinieron, estuvieron y se fueron y, de acuerdo a estimaciones y mediciones a
escala global, tiene alrededor de tres mil quinientos o tres mil quinientos
cincuenta millones de fieles de los dos sexos.
(1). En la Tierra, el sintoísmo es una
religión autóctona de Japón y cuenta con gran arraigo entre sus habitantes.
(2). Refuerza el instinto, la conexión con lo
natural y la conciencia ecológica.
33.
Nombres propios.
Femeninos y masculinos. Llegan a dieciséis millones
novecientos cincuenta y dos mil ochocientos setenta y nueve nombres de hombres
y dieciséis millones setecientos sesenta y un mil seiscientos treinta y seis de
mujeres. Esa suma se alcanza con la combinación entre los nombres más o menos
tradicionales de los seres feéricos, los incorporados de otras especies
elementales y dela raza humana y las combinaciones de unos con otros. Estos últimos
resultan de la dificultad que en un principio tuvieron las hadas para
pronunciarlos.
34.
Medición del tiempo.
El uso del calendario idéntico al gregoriano
para medir el tiempo en días, semanas, meses y años. Actualmente está corriendo
el mes de Abril, recién está empezando, del año diez mil doscientos cuatro. A
diferencia de lo que ocurriera en la Tierra, en este planeta no se tomó como
punto de partida para el conteo cronológico desde cero un determinado
acontecimiento vinculado a tal o cual creencia religiosa, sino el día en que
hubo de producirse el más trascendental e importante evento de la historia
mundial. El “Primer Encuentro”, en que los seres feéricos locales sostuvieron
el primer contacto con aquellos procedentes de la Tierra.
Al mismo tiempo, para algunos aspectos (no
pocos) de la vida de todos los días, como las operaciones comerciales, se
continúa usando el antiguo calendario, en que los días están agrupados en trece
meses. Y a veces se usan los dos calendarios al mismo tiempo.
35.
Flor nacional.
El término correcto es “flor planetaria”, o “flor
mundial”, ya que se trata de un símbolo compartido por los setenta y seis
reinos. Es la campanilla. Lo viene siendo desde mucho (muchísimo) antes del
Primer Encuentro, e incluso data de los tiempos del surgimiento de las primeras
poblaciones en grupo, de cuando se empezara a cambiar la vida nómade por la
sedentaria. La flor como símbolo es uno de los aspectos más antiguos de la
cultura de las hadas.
36. Las
payadas y cantos folclóricos y/o tradicionales.
Se escuchan (y disfrutan) sobre todo en los bares, casas de antigüedades
y demás establecimientos comerciales que muestran el aspecto más tradicional de
la cultura feérica. Es otro aspecto de la simultaneidad, surgido hace más de
dos milenios y tercio, sin una fecha exacta, que hubo de difundirse rápidamente
gracias a otro factor de la simultaneidad: el “boca a boca”.
37. Galantería.
Las frases y los dichos, piropos, halagos y
comentarios, siempre no ofensivos y bastante románticos, que los hombres dicen
a las mujeres. Otra faceta que es producto de la simultaneidad, tan antigua
como la población feérica misma, que sin dudas es de gran ayuda e importancia
para el establecimiento del compañerismo sentimental (noviazgo) y el
mantenimiento, espiritual y románticamente, dl matrimonio.
38. Medios
gráficos
Su función es la de mantener informada a la
población. En el reino de Insulandia existen numerosos títulos de alcance local
y regional, entre periódicos y revistas de diversa frecuencia, de una semana a
un cuatrimestre, y varios más de alcance real, incluido entre estos “El Heraldo
Insular”, el principal de los medios del país.
39.
Lencería femenina.
Uno de los tantos aspectos en los que reparan
los seres feéricos a la hora de requerir de “ciertos estimulantes adicionales”,
complemento o no de otros de aquellos. Es un aspecto de la cultura de las hadas
relativamente nuevo, aparecido por primera vez hace dos siglos y cuatro
quintos, apenas un pestañeo en la extensísima historia de los seres feéricos.
Como todos los componentes de la industria textil, la lencería femenina sigue
sufriendo modificaciones y transformaciones que apuntan a obtener mayor
sensualidad (los hombres estamos muy agradecidos por eso), y hoy existen a
nivel mundial ciento noventa y cuatro marcas (seis de estas de capitales
insulares) disputándose el mercado siempre demandante y cambiante.
40. La coquetería
femenina.
Otra de las costumbres más típicas y de mayor
arraigo de las mujeres humanas está también presente, desde tiempos previos al
Primer Encuentro, en las féminas de eta sociedad. En promedio, las mujeres de
la raza feérica pasan entre veinte y veinticinco minutos diarios (hasta
cuarenta cada sábado, cuando es el momento de diversión y entretenimiento a la
noche) encerradas en sus dormitorios, en sus casas, maquillándose, vistiéndose
y arreglándose para salir a cumplir con sus obligaciones, y, como ocurre
también con los seres humanos, los hombres feéricos, a quienes la misma y
exacta tarea no les demanda más de siete u ocho minutos, resoplan a la espera
de que ellas se encuentren finalmente listas.
41. Parte
del poder político.
Los Consejos Reales, que reúnen las
facultades ejecutivas y legislativas y parte de las judiciales de la vida
institucional en los setenta y seis reinos. Algunos más y otros menos, la cifra
de organismos, cada uno con sus propias dependencias y divisiones, oscila entre
once y veintiocho. En el reino de Insulandia se pasó de solo seis Consejos, en
los tiempos de organización del estado, a los diecinueve actuales.
42. Día
Mundial de Trabajo.
El primer día del mes de Mayo, quinto del
quinto mes (Uumsa) en el calendario antiguo de las hadas, es cuando se celebra “Efo
fimfoemnap kucevse”, o “Día Mundial del Trabajo”, que es celebrado incluso por
las demás especies que forman el reino elemental, con los ilios como la única
excepción. Para estas sesenta y cuatro sociedades complejas que lo tienen como
día festivo, a diferencia de los seres humanos, se remonta a centurias antes
del Primer Encuentro, cuando en un accidente industrial en un establecimiento del
rubro maderero se produjera la mayor catástrofe registrada hasta la fecha,
ocasionando el fallecimiento de más de una centena de operarios y heridas
múltiples de diferente consideración a otros ciento cincuenta.
43. El
Código de la Vida.
Hay principios y valores éticos en los que
están reflejados cada uno de los modelos y atributos morales de los seres
feéricos, los que se constituyen en todo momento y bajo todas las
circunstancias en sus (muy valiosas) normas de conducta, de convivencia y de responsabilidad
ciudadana, individual y grupal. Como ocurre con los seres humanos, esos
principios y valores marcan las obligaciones y los deberes que tiene las hadas
para consigo mismas (individuos y grupos) como una parte del todo, y con los
demás elementales como el todo mismo. A ese respecto es que existe el “Código
de la Vida”, un compendio con las normas clasificadas en numerosas categorías, como la familia, la
sociedad, la amistad y el trabajo. Una guía moral que, como lo hiciera en el
día de ayer, ayuda en el de hoy a las hadas a seguir constantemente por el
camino correcto y sobreponerse de todas las adversidades.
44. El
recurso de la madera.
Su explotación y aprovechamiento como uno de
los dos o tres principales elementos de la naturaleza, cuando no el principal
de todos, a través de numerosas aplicaciones. Entre ellas se encuentran la
producción masiva de carbón vegetal (solo en el reino de Insulandia existen
tres mil doscientos hornos carboneros), insumos y materias primas para la
industria editorial y la gráfica, la producción, también en masa, de muebles,
los más de ocho mil durmientes (se renuevan cada tres años) sobre los que se
apoyan las vías en la mina de plata, como insumo básico en la construcción de
viviendas y otras estructuras, el diseño de manualidades y artesanías (puede
parecer esto algo menor, pero lejos está de serlo) y, el que por mucho es su
mayor uso, la construcción, el mantenimiento y movilidad de todo tipo de
embarcaciones. Tal dependencia condujo a la existencia de varios y estrictos
programas de conservación que, entre otros aspectos, establece la presencia de
inmensas áreas protegidas en las que la tala, indiscriminada o no, se halla
cien por ciento prohibida, la plantación de tres o cuatro árboles, como mínimo,
por cada uno que sea talado, y la intervención de las hadas de las plantas pata
que contribuyen en su crecimiento. Por
estas razones y otra tantas, si las hadas u otros seres elementales que tienen
la capacidad de volar o hacen a grandes alturas pueden ver una inmensa y exuberante
maraña con diversas tonalidades de verde. Esos programas de silvicultura forman
parte de la conciencia ecológica de las hadas.
45. La
veneración por los antepasados.
Especialmente se la tiene por los
progenitores, la ascendencia más directa. De ahí se desprende que el respeto
por la familia se extiende incluso
después del fallecimiento de uno o más parientes. Por eso es que los seres
feéricos poseen en sus hogares magníficos altares en miniatura con las
fotografías de sus padres, junto a un cirio del color de sus auras en vida, que
están encendidos constantemente.
Continúa...
--- CLAUDIO ---
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