Es
verdad, y no se puede negar, que la tecnología hizo y hace (y hará) más
sencilla la vida de las personas en todos los aspectos. Pero tiene su lado
malo, por supuesto. A veces, y desgraciadamente no son pocas esas veces, genera
dependencia y adicción, al punto de que nunca falta un pelotudo o una pelotuda
que diga burradas tales como “a mi me falta el aire si no tengo un teléfono
celular conmigo”. Peor, si eso es posible, las nuevas tecnologías le quitan a
la gente el incentivo para hacer tal o cual cosa, imaginación, ganas, voluntad
y dedicación. Es, no se lo puede definir de otra manera, la “ley del menor
esfuerzo”: pasar el menor tiempo posible haciendo tal cosa. Antes la vida era más
compleja y complicada y la gente debía esmerarse más para todo, pero había que ver
los excelentes resultados de ese esmero. Sin computadoras, telefonía celular ni
nada de eso.
Buscar
trabajo, por ejemplo.
Hoy
no hay más que suscribirse a tal o cual sitio de Internet y especificar que
tipo de tarea o trabajo se quiere buscar y esperar a que las ofertas lleguen al
correo electrónico propio. Afortunadamente, el método clásico de salir el lunes
con los clasificados del día anterior bajo el brazo todavía no desaparece,
aunque se halle en desventaja respecto del otro método y cada vez tenga menos
gente que lo use.
Podría
decirse que era maravilloso (y lo sigue siendo para las personas que, como yo,
ven las cosas de esa manera) sentarse en algún momento del día domingo, leer
uno por uno los avisos en la sección de empleos de los clasificados, marcar
aquellos para los que (creemos) somos capaces e ir el lunes y decir al
empleador cosas como “vengo por el aviso”. Hoy esa maravilla se está perdiendo.
¿Por qué?, ¿vagancia, dejadez o qué?, ¿por qué la gente ya no se interesa, o si
lo hace es muy poco, leer un clasificado que diga más o menos lo siguiente?:
Empleado /a p/ts. Grls. De Ofic..
Pres. LuMa dde 9, c/b.pres, cv y analit.
c/s exp d21-30 añ
c/ref sec term/com
disp. Hor, viva zna
ex rem $xxxxxx+viát
Es
verdad que ese mensaje parece una clave entre dos espías, pero eso obedece a
que publicar un aviso en el periódico diario no sale precisamente veinte
centavos. El mensaje, traducido, dice:
Empleado o empleada para tareas generales de oficina:
Presentarse Lunes y Martes desde las 9, con buena
presencia, CV y analítico
Con o sin experiencia, de veintiuno a treinta años
Con referencias y secundario terminado o completo
Disponibilidad horaria, viva en la zona
Excelente remuneración de $xxxxxx más viáticos
Eventualmente,
el postulante tenía (tiene) suerte y lograba (logra) conseguir el puesto
laboral vacante.
¿Y
si tratamos de volver a lo clásico, de hacer que el arte de buscar trabajo a la
antigua no quede solo en la memoria de las personas de mayor edad? Van a ver
que no es tan difícil y que los resultados pueden ser igual de satisfactorios
que buscar el empleo a través de Internet.
Quisiera
que cualquiera persona que lea este artículo y se halle desocupada lo intente.
Va ella y todos los demás a ver la maravilla de otros tiempos que para mala
fortuna hoy es seguida y aplicada por muchas menos personas de las que debería.
Yo, por lo pronto, cada vez que necesite salir a buscar un empleo voy a comprar
el diario el domingo, leer uno a uno los avisos, marcar los más prometedores t
salir de mi casa el lunes bien temprano por la mañana.
¡Háganlo
ustedes y no se van a arrepentir!
--- CLAUDIO ---
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