Aunque
no es el único ámbito donde se produce, si de traición a la patria se
habla hay que recurrir indefectiblemente a la política, la cual parece
ser desde los tiempos de la Primera Junta de Gobierno Patrio su lugar
favorito. Desde que se declarara la independencia el día nueve de Julio
de mil ochocientos dieciséis a la fecha, siempre hubo hombres y mujeres
que, apartándose de la ley y buscando de un modo u otro algún tipo de
beneficio personal, hicieron a un lado el sentido patriótico y
procedieron, entonces, a la traición. Los /as traidores /as a la patria
abundan hoy día en la política y para saber quienes son no hay más que
hacer que prestar atención a los hechos y palabras de la gente que
trabaja en ese ámbito, tanto en los oficialismos como en las
oposiciones. Gracias a esos desleales indeseables, la República
Argentina es lo que es, un país poco serio y seguro para los
inversionistas que tiene elevados porcentajes de delincuencia, desempleo
y analfabetismo, entre otros problemas sociales. Por eso, las personas
traicioneras a la patria deben ser excluidas de todo circuito
sociopolítico existente en la República Argentina, sin importar su
nacionalidad, color de piel, creencia o religión, clase social (alta,
media o baja), ideología e ideas, el partido político al que pertenezca,
el lugar en el que viva su género sexual ni su edad. E iniciarles a
todos /as esos /as traicioneros /as un juicio por TRAICIÓN A LA PATRIA,
que ya mismo tendría que estar tipificada en el Código procesal penal
como un delito federal grave.
A continuación, algunas formas de traicionar a la patria:
Alquiler de vientres en el extranjero.
Pretender cambiar o modificar los símbolos patrios.
Prioridad a directivas provenientes del exterior.
Prioridad en la difusión de ceremonias y festividades foráneas antes que a las locales.
No incluir bailes y danzas nacionales en el programa de televisión que ya se sabe cual es.
Irse de vacaciones al exterior.
Recursos
estratégicos (agua, gas, petróleo, telecomunicaciones, energía
eléctrica y ferrocarriles) no administrados por el estado.
Operaciones comerciales en dólares en lugar de en pesos, no importa el rubro.
Bastardear el castellano incorporándole palabras en inglés y otros idiomas.
Reescribir la historia para adaptarla según sea necesario.
No respetar la Constitución nacional Argentina.
Los que se van a estudiar y/o trabajar al exterior teniendo oportunidad de hacer esas cosas en Argentina.
Permitir que saqueen nuestros recursos naturales.
No tener un “Día de la Cultura” como feriado en el calendario.
Usar un puesto en la función pública para beneficio personal.
Tener más gusto por (ejemplo) el Hombre Araña y Súperman que por Patoruzú y el “Nene” Montanaro.
Usar referentes externos en materia de política.
Silbar y/o abuchear al Himno Nacional Argentino cuando se están entonando sus gloriosas estrofas.
No recordar como es debido a los próceres.
No recordar como es debido a los veteranos de Malvinas y caídos en combate.
Asumir
un cargo en la función pública perteneciendo a un partido político y
pasarse a otros inmediatamente después. De aquí proviene el verbo
“Borocotear”.
--- CLAUDIO ---

No hay comentarios:
Publicar un comentario