martes, 26 de diciembre de 2017

7.15) Aspectos comunes

A su vuelta a casa, pasadas las dieciocho treinta, y mientras Isabel se ocupaba de preparar el acostumbrado te negro de la merienda, Eduardo se había quedado en la sala, y no solo para recuperar algo de las energías empleadas durante aquella tarea, o detenerse para analizar su situación, su recién estrenado don y el aura de dos colores, sino para escribir en unos pocos borradores otra quincena de aspectos que eran comunes a las hadas y los seres humanos. El día de mañana los pasaría a limpio con la máquina de escribir, e incorporaría con ello otra página a la lista.
_Confío con que vayan a servirme algún día – dijo, poniendo un cartucho nuevo en la lapicera, en tanto su novia buscaba dos tazas –, igual que los demás.
_¿Como lo hacen aquellos?., llamo su novia desde el ambiente de junto.
_Exacto – contestó Eduardo, escribiendo las primeras palabras –. Descubrir que las dos civilizaciones no son tan diferentes como pensé en un principio sin dudas va a ayudarme a la adaptación.
_Ya leí esa lista, y no quedó nada mal. No es mucho lo que conozco de la Tierra y las diferentes culturas humanas, pero me sorprenden muchos de los puntos en común entre aquellas y la nuestra – comentó Isabel, de vuelta ya en la sala principal. Traía consigo las dos tazas humeantes y un frasco repleto de galletitas, todo sobre una bandeja a la que dejó sobre la mesa –. ¿Puedo ver los borradores de estos nuevos aspectos en que reparaste?.
_Claro – accedió su compañero sentimental, pasándole la página, en tanto la dama se sentaba –, aunque no dicen gran cosa. Pienso los textos definitivos en lo que queda del día de hoy y los paso a limpio mañana con la máquina, después del desayuno.
En esta nueva lista que por el momento era solo un borrador estaban los nuevos “ítems”, numerados del ciento cincuenta y uno al ciento sesenta y cinco, aspectos que habían pasado más o menos inadvertidos durante la confección anterior, y sobre los que tomara Eduardo conocimiento luego de haber terminado la lista original, por lo que no figuraron en aquella. La hermana de Cristal leyó el borrador con atención y luego opinó al respecto.
_No está mal – elogió, devolviendo el borrador a su novio –; y si, es verdad. Las similitudes entre las hadas y los humanos no son pocas. Claro que la mayoría de esos aspectos fueron desarrollados por los individuos de mi especie, por mis antepasados, mucho antes de que se empezaran a ver en la Tierra. De hecho, acá ya estaban consolidados el Estado y la sociedad cuando aquellos humanos, según vos mismo me contaste, pintaban lo que veían en las cuevas que eran su hogar… yo no recomiendo eso, porque aún no refinaste tus habilidades.
Porque Eduardo estaba por usar la telequinesia para mover el pilón de hojas hasta una repisa en el otro extremo de la sala, y dejarlas entre un par de artesanías alegóricas.
_En realidad, vi más de ciento sesenta y cinco aspectos comunes a las dos especies. Simplemente estoy volcando al papel los que me parecen más… llamativos, por llamarlos de alguna manera dijo Eduardo –. La mayoría están actualmente en vigencia, también en Las Heras.
_O sea que son útiles para los humanos – tradujo la hermana de Cristal –. Yo podría ayudarte a afinar esa lista. Se que es poco lo que conozco de las culturas y civilizaciones humanas, casi nada de hecho, y casi todo proviene de aquellas veces en que estuve usando el Espectador, para conocer detalles y cosas acerca tuyo. Ahora ya no podemos usar ese objeto, y no solo porque se terminó el líquido mágico, sino por la Gran Catástrofe.
_¿Cómo es eso?.
_Los expertos del Consejo de Ciencias sugieren la posibilidad de que la conexión se haya perdido parta siempre, por el corrimiento del eje de este planeta. No se bien como es eso, porque la astronomía no fue ni es mi fuerte, pero parece que tiene que ver con una alineación en particular de los dos cuerpos celestes – trató de explicar el hada de aura lila –. Así sea un corrimiento de menos de una milésima parte de un grado y la conexión está perdida, según los expertos. Si eso es cierto, la próxima vez que vayamos a tener noticias de la Tierra va a ser cuando otro humano logre llegar acá y sobreviva… si lo hace. Si logra llegar, además. Y el Espectador, su uso, va a quedar limitado a este planeta.
_Y yo voy a quedar como la única fuente – asumió Eduardo –. Cualquier cosa, no duden en consultarme. Por supuesto que no soy una biblioteca caminante, pero si puedo ser de alguna ayuda, allí voy a estar. Sobre todo si hablamos de arqueología. O de ese nobilísimo arte que es dibujar. De esas dos cosas si conozco bastante. Para eso me preparé toda la vida.
_Te lo vamos a agradecer – aseguró Isabel –. Pero ahora… a lo que nos ocupa y concierne.
Y enfocaron su atención y ojos en sus respectivas tazas.



Fin.




--- CLAUDIO ---

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