Son
personas que encuentran su sustento del día en la venta callejera, para
lo cual arman puestos de venta en las veredas, obstruyendo así el paso
peatonal y generando problemas adicionales, tales como la reducción
sustancial o total del espacio para moverse en las veredas, algo que
genera a su vez algunos inconvenientes (arrebatos, “manos largas”,
tropiezos…) propios de ese “hacinamiento” , y el hecho de que quienes se
encuentren a la espera del transporte público automotor, los
colectivos, deban hacerlo sobre las calles y avenidas, exponiéndose de
esa manera a potenciales accidentes automovilísticos.
No
hace falta tener una inteligencia superior para darse cuenta que la
cosa no puede seguir así, por el bien de todos. Los peatones tienen que
hacer malabares para caminar y moverse; ya de por si resulta estresante
andar rodeado de una multitud a diario, y más con los ambulantes que
estorban el paso. Las personas que hacen fila esperando al colectivo
arriesgan mucho más que minutos de su tiempo, los propios vendedores se
sienten presas de críticas, reproches y discriminación por tal situación
y los comerciantes en esas zonas en conflicto (Liniers, Constitución,
la calle Florida…) no hacen más que quejarse, y con razones de sobra,
por la competencia desleal por donde se la mire.
Por
supuesto que los políticos y las políticas hacen la vista gorda a este
problema. Lo que habría que hacer es quitar del camino hasta el último
de los vendedores ambulantes y darles un nuevo espacio para que hagan su
negocio. Podrían ser reubicados en alguna plaza o algún parque,
comercios o locales que no tengan uso (previo acuerdo por los
alquileres) o tal vez esos enormes terrenos ferroviarios regados por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires que están abandonados a su suerte, algo
que a su vez podría reducir el abandono y la inseguridad en esas zonas,
aumentando en ellas el movimiento de gente y vehículos automotores. Pero
lo que de ningún modo puede seguir ocurriendo, por la seguridad y el
bien de todos, es que los puestos para la venta ambulante sean los
dueños absolutos de las veredas.
A
ver si esa caterva que gobierna hace algo en vez de preocuparse solo
cuando son los tiempos previos a una elección, porque piensen que son
potenciales votantes los peatones, comerciantes víctimas de la
deslealtad, los vendedores ambulantes y quienes viajan en colectivo o
taxis. Y si no hacen algo lo van a lamentar, porque cada una de esas
personas van a decidir si ustedes tienen más o menos votos en la
elección.
--- CLAUDIO ---

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