miércoles, 8 de febrero de 2017

¡Éramos tan jóvenes!


Este es un mensaje que un adolescente de diecisiete años leyó en el escenario, en el salón de actos de su escuela, ante varias decenas de personas, después que llegara su momento de subir a dicho escenario para recibir el diploma y el analítico. Es la tarde del día cinco de Diciembre y para el las clases se terminaron una semana antes. Ahora empieza para este adolescente una nueva vida y quiere despedirse de esta con emotividad.



¡Como pasó el tiempo...!

Pensar que cuando empezamos el secundario eramos casi nenes caprichosos y berrinchudos. Todos nosotros aprendimos a querer, valorar y soportar en estos tres años y, por sobre esas y otras cosas, a compartir grandes momentos.

Pasaron tres años desde que estuve por primera vez en el secundario (lamento que algunos de los compañeros se hayan ido), y en ese tiempo estuve aprendiendo muchas cosas de ustedes. No es sencillo tener que dejarlos, tener que dejar esta escuela, a pesar de no tener más ganas de seguir estudiando, de estar tan estresados, de las responsabilidades... también aprendimos eso, la importancia de estudiar y ser responsables. Ya no vamos a estar compartiendo el aula por cuatro horas y media riendo y hablando, pero al mismo tiempo me hace muy feliz el pensar en los nuevos desafíos. Me alegra saber que son buenas personas y que van a alcanzar sin problemas sus metas, si de verdad se lo proponen.

Tienen mucho que no voy a olvidar, porque no puedo hacerlo, ni mucho menos quiero hacerlo. Aunque muchas veces hubieron discusiones entre nosotros, a veces por un motivo más serio que otras, somos un grupo muy unido y si hay algo que deseo es que no nos vayamos a distanciar, que podamos contar unos con otros como lo hicimos durante estos tres años.
El tiempo pasó rápido y casi sin darnos cuenta llegamos a los últimos instantes del tercer año. ¡¿Cómo olvidarlo?!, ¿cómo hacerlo después de todo cuanto vivimos?.

Hoy es un día especial para todos nosotros. Estamos reunidos con los profesores y directivos, recibiendo su apoyo. Solo quiero decirles a todos y cada uno de ustedes que los quiero y voy a extrañarlos , que si llegamos hasta acá fue porque nos lo propusimos. Nuestras vidas no acaban acá. estamos a las puertas de un mundo nuevo, de otros retos, de otra vida. Vamos a entrar en ella para ser alguien mejor, para tener otras responsabilidades, con muchas y variadas expectativas acerca de lo que va a venir, de este "mundo desconocido". A partir de hoy, se nos abre la puerta de un nivel educativo aún más jodido, a un trabajo (nuestro primer trabajo), a tal o cual proyecto... y nos va a ser útil, sin dudas, todas las cosas que aprendimos, todos los conocimientos que adquirimos, en el secundario.

¿Qué va a ser de nosotros a partir de mañana?, ¿qué va a ser de nuestra historia después de haber dejado atrás nuestra adolescencia (nuestros mejores años) en cada rincón de la escuela?. Me pregunto también que va a ser de nosotros, porque nuestros caminos se van a bifurcar y abrir todavía más. Ya no nos vamos a ver con la frecuencia y regularidad con las que lo hicimos hasta hoy. Por todo eso y más les dejo mi afecto y buena onda, y les pido que recordemos todas nuestras vivencias y todo lo que compartimos.
Quiero que sigan la vida a su manera, pero que nunca bajen los brazos, porque (me consta que) son capaces de afrontar cada reto y dificultad, aunque cueste y sea complejo.Eso lo vi y lo viví en estos tres años.

Quiero enfatizar también lo lindo que fue compartir estos años con los profesores, cinco días a la semana, cuatro horas y media cada día, porque nos dieron una mano cada vez que lo necesitamos, nos contuvieron y ayudaron a remontar las calificaciones cada vez que estas estuvieron flojas; y por eso pasaron a ocupar una parte de nuestras almas, corazones y memorias.
No me quiero olvidar tampoco de los preceptores, que todos los días nos escucharon ayudaron para vernos bien. Ni de los porteros, que siempre nos abrieron la puerta y con quienes también compartimos toda la gama de sentimientos positivos. Ni de la directora y la vice, de la bibliotecaria, de la jefa de preceptores, de los secretarios... de nadie me olvido. Se hicieron querer con el paso del tiempo y, aunque hubo algunas veces en que me dieron arranques y rabietas, los quiero agradecer por todo cuanto hicieron por mi... por todos nosotros, los egresados.

A todos ustedes... al personal de maestranza, directivos, profesores, alumnos del mío y otros cursos, a todos con quienes estuve compartiendo esta parte tan pero tan importante de mi vida, va esta sincera palabra de mi parte:

¡¡¡ GRACIAS!!!



--- CLAUDIO ---

No hay comentarios:

Publicar un comentario