Oh Caruso, rey del ninguneado
Los abandonados te buscaron,
Los abandonados te buscaron,
buscando nunca caer,
y renegaron de tu ayuda, de tu ser,
no sabiendo que así se amargaron,
Oh coloso salvador del ninguneado,
dulce paladín del futbol encallado,
jamás supiste mantenerte callado
y ese quizás fue de tus bueyes el arado.
El humo supo acompañar tu camino,
fuiste de las ovejas descarriadas el rabino,
y entre tantas injusticias pudiste ser,
de la victoria, de tu futbol, el salvaje renacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario