Pasar una determinada cantidad de horas frente a una pantalla no es nada nuevo. Lo que cambia es el objeto frente a nosotros. Primero fue la televisión en blanco y negro, después la televisión a color y más tarde, vigente hasta nuestros días, las computadoras. Siendo estas cada fvez más sofisticadad, y contando con nuevas aplicaciones y ventajas cada uno d elos modelos que reemplaza a los anteriores, no es de extrañarse que empiece a haber una cantidad de fanáticos cada vez mayor, inmersos en este aparato que soluciona unos problemas y crea otros, por supuesto. Eso es de acuerdo a como se la use: puede ser el uso, el mal uso y el abuso, como con cualquier otro implemento tecnológico que haya existido ayer, como cualquiera de los que exista hoy y, naturalmente, como cualquiera de los que vayan a existir mañana... que por supuesto van a ser más sofisticados que lso actuales, que todos estos, y va a crear una nueva generación de adictos a las computadoras, más propensa a sufris problemas de salud que las que la precedieron.
Acá tenemos un caso.
Esta persona seguramente tuvo que ser en vida uno de esos fanáticos que suelen pasar no menos de cuatro o cinco horas por cada día hábil un poco más los fines de semana frente a la computadora. Quizás haya jugado demasiado a tal o cual juego, chateado hasta tener afectada la visión, hber consumido tanta pornografía que eso lo "terminó" (figurativa y literalmente) por matar., escuchadno muchas más canciones que las que sus oídos pudieron soportar o lo que sea. El caso es que de tanto darle a la computadora se le terminaron los problemas y fue a parar al lugfar al que alguna vez vamos a ir a parar todos: cinco o seis metros bajo tierra adentro de una caja de madera más o menos lujosa. En este caso, los familiares, amigos, compañeros de trabajo y demás deudos, al parecer, se quisieron asegurar de que cualquiera que pasara por ese sector en el cementerio se diera cuenta de que allí estaba sepultada perosna fanática de las computadoras
--- CLAUDIO ---
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