Esta
serie animada que ya lleva más de dos décadas en la pantalla (¡inexplicable y
bochornoso!) en la televisión es una muestra más que fiel de ser del
estadounidense promedio y muestra a las leguas como es la sociedad de aquel país
norteamericano. Pero lo que para muchos es un entretenimiento y un gran
programa que confiere buenos niveles de audiencia al canal que los emita es en
realidad un emporio del mal ejemplo, ya que el grueso de los personajes de
dicha serie, aún aquellos que son los protagonistas, tienen por lo menos un
defecto, un aspecto negativo, y es triste, francamente, que sea a causa de eso
que sobresalga esta serie animada.
Veamos
los siguientes ejemplos para hacernos una idea del pésimo mensaje e igual
ejemplo de la serie de “The Simpsons”, con los nombres de la versión para América
Latina:
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El alcalde Diamante: Funcionario público corrupto.
-
El señor Burns: Empresario multimillonario local que contamina el medio ambiente.
-
Apu: El comerciante, que vende alimentos en mal estado y otros artículos de dudosa
procedencia.
-
Serpiente: Este directamente es un asaltante.
-
El profesor / director Skinner: Pésimo directos de la escuela pública de nivel primario.
-
Ned Flanders: Fanático religioso; y ya sabemos a lo que lleva el fanatismo en materia
de religión.
-
El jefe Gorgory: Jefe de policía de la ciudad; otro pésimo servidor público que
no cumple correctamente con sus deberes como tal.
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Moe: El tabernero de la ciudad; tiene un comercio en desastrosas condiciones de
salubridad e higiene
-
Krusty: Estrella de televisión infantil con dos caras: una es la que muestra a la
gente con las cámaras encendidas y la otra es la que muestra, por ejemplo, un ser
adicto a la pornografía y mal llevado con quienes lo rodean.
-
Nick Riviera: Médico de dudoso profesionalismo.
Independientemente
de esos y otros malos ejemplos, también los hay de manera colectiva entre la gente
que vive en Springfield: fanatismo, vicios varios, vagancia, abandono, desidia y
otros aspectos negativos hacen que la serie animada en su conjunto sea algo execrable,
y me pregunto como puede ser posible que haya cientos de miles en el planeta que
se sientan atraídos y demuestren gusto por este gran compendio de malos ejemplos.
Y si eso no fuera suficiente, en la Argentina hay un canal de aire, que ya saben cual
es, que emite los mismos y repetido episodios una y otra y otra vez más, recortándole
partes a veces para poder poner la mayor cantidad de episodios en el menor espacio
de tiempo.
Tenemos
que decirle NO a este dibujo animado, por los motivos antes mencionados y más, o
en su defecto enfocarnos solamente en aquellos que son de ella los aspectos positivos.
¿No les parece?.
--- CLAUDIO ---
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