lunes, 27 de agosto de 2012

Televisión argentina







Sin dudas que atraviesa la peor etapa desde sus inicios allá por los años cincuenta, y por como vienen las cosas lo más probable es que no tenga ni piaza de solución antes del largo plazo. Ninguna persona de las que hoy habitan la República Argentina va a vivir lo suficiente como para volver a tener una calidad televisiva como la gente. Hoy, la calidad dio paso a niveles de audiencia, y por tanto en la televisión dejaron de tener su debida importancia los tres objetivos para los que se supone que existe este medio de comunicación: aprendizaje, entretenimiento e información. Y eso es grave. Lo fue ayer, lo es hoy y, a menos que se haga algo al respecto, lo será mañana.

Vemos con pesar que

-  hoy se invierten decenas de miles, sino centenas, de pesos para tener en el aire un programa que haga un nivel alto de audiencia, pero la contraoferta de esa operación es una marcada reducción en la calidad del programa

-  en los programas de preguntas y respuestas se plantean problemas tan simples que incluso un nene o una nena de siete u ocho los podría resolver

-  los mediáticos tienen más pantalla y presencia en los diversos canales que los científicos o cualquiera persona que de verdad merezca su espacio en la televisión.

-  algunos, y desafortunadamente cada día son mayores en cantidad, programas basan gran parte de su horario, ya no digamos todo, en poner en el aire lo que hacen los demás; son los que conforman la “televisión parásita”

-  los llamados “infomerciales”, los que en su inmensa mayoría ofrecen pura basura a precios cada vez más elevados, ocupan cada vez más espacio en los canales, tanto en los de aire como en los de cable.

-  hay cada vez más variedad en cuanto a los “reality shows”

-  hay cada vez más variedad en cuanto a esos programas de la medianoche en los que no hay que hacer más que hablar por teléfono

-  veinte vagos encerrados en una casa rascándose el higo las veinticuatro horas todos los días hacen mayor “rating” que, por ejemplo, los programas de divulgación científica o los periodísticos de investigación.

- se cagan en la democracia y la pluralidad que tanto dicen defender

- por culpa de los K y su séquito toman por pelotuda a la gente al poner un letrero que indica “espacio publicitario”, como si no lo supiéramos

- la existencia de un número cada vez mayor de programas que conforman la “televisión subsidiaria”: existen porque otro /s los financian para que le /s haga /n publicidad

De esa manera es imposible que la televisión argentina vuelva a gozar de calidad, gloria y prestigio, y, en este caso, es imperiosamente necesario retroceder quince años o más para lograr el progreso, aunque tal acción suene contradictoria. Con esa lacra semejante no se produce otra cosa que el caos y la pérdida de las funciones para las que se supone que existe la televisión, como ya dije en el párrafo al inicio de este artículo. ¿No sería posible, por ejemplo, volver a emitir programas clásicos de la televisión argentina o reeditar esas joyas con un nuevo elenco? Vean, sino, la siguiente lista y díganme el grado de factibilidad de tal pregunta. Díganme sino sería magnífico volver a ver esos programas en la pantalla chica. Todos son joyas de una época que, por como están las cosas ahora, va a ser virtualmente imposible de recuperar.

  • Matrimonios… y algo más
  • Noche de brujas
  • Feliz Domingo
  • Noti Dormi
  • La peluquería de Don mateo
  • No toca botón
  • Yo me quiero casar… ¿y usted?
  • 360… todo para ver
  • Fax
  • La familia Benvenuto
  • ¡Socorro!… quinto año
  • ¡Grande, pá!
  • Forum
  • Causa común
  • Peor es nada
  • Ta Te Show
  • El pulpo negro



--- CLAUDIO ---

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