Para
ti, que tienes nombre
de
prosapia colonial
quiero
escribir un nombre
alegre,
Calle Real
Alegre,
es como tu brillo
bajo
el cielo matinal
cuando
maitines de gallos
y
angustias de recental
traen
de tus aledaños
su
concierto pastoral
Luces
el vestido nuevo
de
tu claro macadam
Cascabeles
y bocinas
moderno
ritmo te dan
Y
un sol que es como ninguno
para
dorarte la faz
seca
lavadas veredas
y
tulipas de cristal
Te
miden pasos urgentes
de
los que “al centro” se van
¡Ay!
quien pudiera quedarse
contigo,
Calle Real
y
en los lentos ocios cruzarte
sin
apremios, sin afán…
Como
dos brazos abiertos
que
siempre aguardando están
hacia
la estación te tiendes
en
tu bifurcado ademán
Al
viajero le recibes
con
gesto fino y cordial
ofreciéndoles
las flores
de
tu plaza principal
Y
ríes con risa fresca,
cantarina,
musical
en
la campana del nuevo
carillón
musical
Formas
un ángulo obtuso
y
en su vértice cabal
levantas
una bandera
con
una marcha escolar
mientras
Sarmiento te mira
entre
ceñudo y jovial
Arrancas
de tus jardines
una
rosa de coral
y
entre olor a pan caliente
y
voces niñas, te vas
a
ofrecérsela a la Virgen
de
las Mercedes, que está
tras
un campanario gótico
bendiciéndote
en su altar
Viento
másculo te aliso
alguna
curva sensual
y
bordeada de verdes
sigues
para Libertad
¡Que
enormes tus eucaliptus!
¡que
oros en tus retamas!
¡Cuantas
abejas bebiendo
la
miel de tu romeral!
Campana
de San Antonio
¡que
alegre tu repicar!
Pero
he aquí de pronto
triste
me he puesto a pensar
que
eres como la vida
amarga
en su realidad
Porque
tienes como ella
también,
el punto final
en
un cementerio blanco
entre
cuyo polvo están
con
raíces en la boca
y
para siempre jamás
quienes
no nombro por míos
-
los otros por los demás –
Callecita
de la vida
alegre
Calle Real
dormiré
junto a ellos
mi
sueño de eternidad
Paso
de cuatro caballos
en
tus piedras sonarán
Será
el último paseo
que
me brindes Calle Real
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