Presentado por la Agrupación para la Liberación, Defensa y Organización de los PElotudos (A.L.D.O.PE.)
y el ilustrísimo señor Roberto Fontanarrosa
Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se
divertían con el pelotudo del pueblo, un pobre infeliz de poca
inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo
limosnas. Diariamente, algunos hombres llamaban al pelotudo al
bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de
tamaño grande de 50 centavos y otra de menor tamaño, pero de 1 peso. Él siempre agarraba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Pero un
día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre,
lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la
moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
- Lo sé, no soy tan pelotudo..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.
- Lo sé, no soy tan pelotudo..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Esta historia podría concluir aquí como ese simple chiste, pero se pueden sacar cuatro conclusiones: La primera es que quien parece pelotudo, no siempre lo es; la segunda es que una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos; la tercera es que podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo; y la cuarta y última es ¿Cuáles eran los verdaderos pelotudos de la historia?.
MORALEJA:
"El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser pelotudo delante de un pelotudo que aparenta ser inteligente"
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