Un vago del oeste del Conurbano Bonaerense de rondaba los cuarenta años estaba tan pero tan en pedo pasado de copas que cuando le fueron a hacer el control de alcoholemia en un control de tránasito en un punto de la Ruta Provincial 7 a la altura de la Ruta Provincial 24, en General Rodríguez, terminó riompiendo el aparato ese que usan los agentes de tránsito para hacer los controles. ¿Vieron que se dice que una persona es tan fulera que si se mira al espejo lo rompe?; bueno, acá pasó algo parecido. El aliento etílico del borracho hizo mierda rompió el aparato, lo que significó otro quilombo, ya que además de todo el tipo va tener que costear de su bolsillo un equipo nuevo.
Este buen señor tenía tal cantidad de alcohol en la sangre que incluso la propia máquina se mostró reacia a funcionar correctamente, y cuando por fin lo hizo, cuando se puedo hacer el examen, el indicador se situó no solo por encima del nivel permitido para conducir un vehículo, sino por encima, y mucho, de los valores dispuestos en la tabla que muestra los niveles de alcohol en sangre. El hombre en cuestión, borracho como el solo, fue llevado de inmediato a la instalación médica, en la que los profesionales que le dieron las primeras e inmediatas atenciones determinaron que el nivel de alcohol en sangre era de 15.67484 %
Por su parte, la policía bonaerense y los inspectores municipales de tránsito terminaron quitándole el permiso, secuestrando el automóvil, que de pedo de milagro no se había hecho mierda destruído al chocar contra algo, conscientes de que el hombre no había tomado nada más que dos o tres gotitas de vino blanco y una cerveza, como aquel insistía; en tanto un juez determinó sin demasiadas vueltas que el borracho debía pagar 17634 pesos de multa y le puso una inhabilitación de 5 años para conducir cualquier clase de vehículo autiomotor o ciclomotor, además de condenarlo a pasar un mes de prisión en suspenso.
--- CLAUDIO ---
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