lunes, 6 de agosto de 2012

La cápsula de fusil

Otra de las magistrales obras de José sebastián Tallón


Abdón, el cazador, alzó el gatillo,
apuntó sobre el árbol, hizo fuego,
se escapó de la cápsula un silbido
y un poco de humo se perdió en el viento.
Y cayeron tres pájaros. Piadoso
torció el gañote al que no estaba muerto,
los metió en una red que puso al hombro,
y se dejó llevar por el sendero.

Limpió entonces la cápsula vacía,
se la arrimó a los labios, sopló luego,
y una nota de flauta, tristemente,
se enroscó, como en un nido, en el árbol desierto.
Después, pensaba Abdón: -“¡Qué maravilla!
¿Qué le has dado, gran Dios, a mi instrumento,
que con la tibia caricia me resbala
por la espina dorsal, el sentimiento?”
Cuento infantil de José Sebastián Tallón

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