miércoles, 18 de enero de 2017

Gracias, España!!!

Las cintas de video de Neon Gnénesis Evangelion con voces españolas

Te agradezco infinitamente las alegrías que me diste y lo mucho que disfruté en mis días de adolescente y primeros años de la adultez. Voy a llevarme conmigo este grato recuerdo cuando me llegue el momento.

Como muchos otros (decenas de miles) de mi generación, yo crecí consumiendo los productos que llegaban desde este país de la península ibérica, en lo que a mangas y animés (historietas y dibujos animados, respectivamente) se refería, siendo el punto de partida, indudablemente, la canción de apertura de “Los caballeros del zodíaco”, cuando empezaron a transmitir este animé (uno de los más grandiosos, magníficos y esplendorosos que yo alguna vez haya visto), en la pantalla del canal 7, de Lunes a Viernes desde las 17:30 horas. El surgimiento en un número cada vez mayor de negocios específicos en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires significó la insuficiencia de material “hecho en Argentina” para comercializar, y por tanto se recurrió a las importaciones, para satisfacer la demanda en gradual y sostenido aumento. Eso, motivado además por el poco aprecio por y auspicio para la industria nacional hizo que el mercado se saturara de estos productos de procedencia española.

A ellos estuve expuesto, y aún lo estoy, aunque no es ni siquiera la sombra de lo que fue, digamos, entre los catorce y los dieciocho años de edad. Por dar un ejemplo, por aquellos tiempos tenía un reproductor de cintas de video en mi casa, y de a poco fui armando una colección, llamémosla así, de tapes con las películas de Dragon Dall,  Dragon Ball Z, Dragon Ball GT y Los caballeros del zodíaco, los capítulos de la serie Evangelion y otro poco de material de otros animés (Doomed Megalopolis, Fatal Fury, Sailor Moon… ¡si, Sailor Moon también!) con voces españolas en el doblaje, algunas tan alevosamente españolas que le harían sombra incluso a José Sacristán y el programa de voces Loquendo. Pasé años viendo una y otra y otra vez más esas cintas, llegando incluso, unas veces voluntaria y otras involuntariamente, a poner modismos y usos españoles en mi vocabulario del día a día, como por ejemplo “jolines”, “coño”, “joder” y “jaleo”, algunos que oía en esas cintas y otros no. E incorporé a veces, por supuesto, el acento. Esta faceta constituye algo que se perdió en el tiempo, porque, llegado el momento, por el motivo que fuere, mi interés por estos productos importados empezó a decrecer gradualmente. Algunas de las cintas se rompieron, otras se perdieron, a algunas más las vendí… Hoy no quedan más que esos bellos (bellísimos) recuerdos en mi memoria, de lo mucho que disfruté (incluso se perdió, a causa de roturas que ya no valía la pena arreglar, el reproductor), como dije, y es por eso que lamento, empecé a hacerlo hace unos pocos años, digamos alrededor de seis o siete, haberme desecho de ese material.  No es infantilismo, sino nostalgia. Una nostalgia por esta parte de mi pasado que hace que hoy por hoy me encuentre lamentando no tener ese material, ni tampoco el reproductor,  por un lado, y por otro porque prácticamente no puedo consumir dibujos animados japoneses, ya sea en Internet o en la televisión (canales, cintas de video o DVDs) que no estén doblados al “español de España”. Eso es algo que tal vez nunca vaya a cambiar, yo voy a hacer todo lo posible porque siga así.

Pasó lo mismo con los mangas, aunque estos con menor intensidad. Tuve algunos títulos de varias series (Evangelion, Caballeros del zodíaco, Dragon Ball…), unos pocos incluso parodias xxx (¡los mangas de Chataro!, ¡verdaderas joyas de este género!), y su destino final fue el mismo que el de las cintas de video. Perdidas, rotas, vendidas o lo que fuere, hoy conservo de ellas solo los recuerdos generalmente bellos y magníficos, y esto hace que la nostalgia que siento por esta parte en particular de mi pasado se incremente todavía más. Y es difícil – NO IMPOSIBLE – recuperarlos, porque no solo se trata de la economía (los precios de hoy no son los mismos que los de ayer), sino también porque ya no se consiguen tan fácil como ayer, esto por el motivo que fuere. Desde el instante mismo en que empecé a lamentar haberme desecho de todo este material, sean los mangas o los animés, me prometí que si algún día los podía recuperar, si de eso existía la posibilidad, iba a ser lo más cercano posible a esa parte de mi pasado, cuando no cien por ciento igual a esa época, e incluso ampliar las colecciones de uno y otro formato (manga y animé).

Esa es una tarea para el futuro a todos los plazos que espero poder completar algún día. Pero, por ahora, al pueblo español como un todo y a las empresas editoras como una parte del todo, quiero repetirles:


¡¡¡ Les agradezco infinitamente el disfrute y las alegrías. Voy a conservar para siempre estos gratos (gratísimos) recuerdos!!!




--- CLAUDIO---

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