Paparazzi,
Pronto, Gente… no hacen otra cosa que violar la intimidad de las personas, y
por tanto sus editores son delincuentes. Porque la intimidad está protegida por
la Constitución
nacional, esta es una ley y aquel que viola la ley está cometiendo un delito o
más de uno. Claro que no son muchos dentro y fuera del ambiente artístico que
se muestren contrarios a ese accionar, porque los /as famosos /as necesitan de
cámara y prensa constantemente o casi constantemente, y los /as cholulos /as no
tienen nada mejor en que usar ese tiempo. Por eso quiero reiterar el título de
este artículo:
“Revistas
de espectáculos eran las de antes”
Es
cierto que aquellas hacían lo mismo (o casi) que las actuales, pero esos
tiempos fueron diferentes a los actuales. Diferentes y mejores. Editores y otros
empleados tenían códigos que hoy son historia. Sabían que su tarea de informar
sobre la vida y obra de las personas famosas
concluía en cierto punto, allí donde la intimidad de aquellas se
transformara en algo serio que era superior a la misión del periodismo
especializado en espectáculos, y del periodismo en general.
Era
informar y nada más.
También
había menos avidez de ganancias, la tecnología no alcanzaba la sofisticación
actual y el periodismo experto era precisamente eso, y no amarillismo de la peor
clase ni chimenteros de dos pesos con cincuenta. Por eso, no me equivoco al decir
que títulos tales como TV Guía, Radiolandia 2000, TV Todo, Flash y Tele Clic
fueron ayer, son hoy y serán mañana infinitamente mejores que, por ejemplo,
Pronto o gente.
La
tecnología cada vez más sofisticada es un arma poderosa en las manos de los
editores de esas y otras revistas del género, y es aún peor cuando esa arma
poderosa trabaja respaldada por la avidez de ganancia. En conjunto suponen una
seria amenaza para la intimidad de las personas famosas, al menos de aquellas a
quienes les interesa solamente figurar porque tuvieron algún mérito o hicieron
algo que merezca la pena ser contado. Todo lo demás, como los mediáticos y las
vedetongas, son responsables directos e indirectos de que esa MIERDA que son
las REVISTAS DE ESPECTÁCULOS ACTUALES, o de ellas LA MAYORÍA, tengan vigencia,
popularidad y rentabilidad.
“¡¡¡
Las revistas de espectáculos actuales no sirven para un carajo!!!”
Tenemos
que empezar cuanto antes la tarea de detener la violación de este derecho
constitucional. Como sea, pero hay que hacerlo. Cada uno con lo que sepa o
pueda. No comprar esas publicaciones y denunciar de ellas su accionar en las
redes sociales e Internet (que es lo que estoy haciendo yo ahora) son dos formas
sencillas y nada costosas por las que empezar. Facebook, por ejemplo, tiene una
difusión enorme y seguro que podemos mostrar como trabajan en esas
publicaciones tan nocivas para la privacía y la intimidad.
¡¡¡
Alertemos a todos y todas cuantos /as podamos!!!
¡¡¡
Defendamos la Constitución
Nacional!!!
¡¡¡
Unámonos por esta noble y justa causa!!!
Advertencia:
El artículo trae una ilustración de “Radiolandia” 2000, una de las más grandes
revistas de este género de todos los tiempos. En este caso, su tapa se centra
en el suceso en que Alberto Olmedo perdiera la vida.
--- CLAUDIO ---
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